Queridos hijos, hoy los invito a la unidad (comunión) en Jesús, Hijo mío. Mi corazón de madre reza para que puedan comprender que son la familia de Dios. A través de la libertad espiritual, de la voluntad, que el Padre Celestial les ha dado, están llamados a ser concientes (para llegar al conocimiento) de la verdad, el bien o el mal. Quizas la oración y el ayuno, abran sus corazones y les ayuden a descubrir al Padre Celestial a través de mi Hijo. Al descubrir el Padre, su vida será dirigido a la realización de la voluntad de Dios y la realización de la familia de Dios, en la forma en que mi Hijo desea. Yo no te dejaré solo en este camino. Gracias.
Mirjana sintió que podía decirle a la Virgen: "Todos hemos venido a ti con nuestros sufrimientos y cruces. Ayúdenos, te imploro. Nuestra Señora extendió sus manos hacia nosotros y dijo: Abre tu corazón para mí. Dame tu sufrimiento. La madre te ayudará...
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